Alimentación Complementaria: Descubriendo Sabores y Texturas
La etapa de la alimentación complementaria es un viaje emocionante lleno de descubrimientos para tu bebé. Desde el nacimiento hasta los seis meses, la lactancia materna exclusiva a demanda es el alimento ideal. Sin embargo, cuando llega el momento de explorar nuevos sabores y texturas, surge una serie de preguntas y consideraciones importantes.
Desde los seis meses hasta el año de vida, la leche sigue siendo fundamental, pero es el momento perfecto para introducir gradualmente otros alimentos. ¿Trocitos o triturados? Es una pregunta común. Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes, pero no hay una respuesta única. Exploraremos este tema en detalle en otro post.
Durante esta etapa, es esencial recordar algunas pautas clave. No hay necesidad de dedicar varios días a un solo alimento nuevo en busca de alergias. Introducir una variedad de alimentos es beneficioso, y cuanto antes se presenten los potencialmente alergénicos, menor es el riesgo de desarrollar alergias alimentarias.
Tu bebé está explorando sabores y texturas, lo que significa que puede rechazar un alimento varias veces antes de aceptarlo. Es importante ir al ritmo del niño y respetar sus preferencias individuales.
La curva de crecimiento puede experimentar cambios entre los seis y los nueve meses, lo cual es normal, y hay margen para modular la alimentación complementaria para garantizar un crecimiento saludable.
La regulación del hambre y la saciedad es innata y precisa. Evita prácticas que puedan alterar este mecanismo, como obligar a comer más o distraer al niño durante las comidas, especialmente con dispositivos electrónicos.
Es deseable estructurar las comidas gradualmente, trabajando hacia un horario regular de desayuno, comida, merienda y cena. Mantén horarios y rutinas, y fomenta comer sentado alrededor de una mesa, y si puede ser en familia, mejor todavía.
Algunos alimentos deben evitarse hasta cierta edad. Por ejemplo, los lácteos no deben introducirse hasta los 11-12 meses, y la sal debe evitarse hasta el año de vida. Evita los pescados grandes como el atún rojo, y los frutos secos enteros hasta los 3-5 años. Limita el azúcar, introduciéndolo, si no hay más remedio, una vez cumplidos los 3 años y en cantidades mínimas y poco frecuentes.
En resumen, la alimentación complementaria es un emocionante viaje de exploración para tu bebé. Con paciencia, flexibilidad y respeto por su ritmo individual, puedes ayudarlo a descubrir un mundo de sabores y texturas mientras establece hábitos alimenticios saludables para toda la vida.